Es difícil volar cuando esperas la caída, es difícil soñar cuando no ves la salida, cuando el tiempo que queda se acabó en cada espera... Más si miras verás unos ojos convencidos de que soy lo que soy por nacer donde he nacido... El latir más sincero, el misterio en que creo, aún sigue aquí, ahora y siempre.
Y aunque ahora el mundo gire en otra dirección, eres tú quién le da sentido a lo que dice tu dormido corazón... No todo está perdido.
Dímelo de verdad: la respuesta no es la huida o que tu alma cansada se quede ahí rendida no encontrando el camino, eludiendo un destino que vive en ti.
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