La próxima vez que sientas ansiedad, frustración, angustia o tristeza, pregúntate: ¿Qué es lo que me da tanto miedo?
Las reacciones negativas casi siempre parten del miedo. Muchos miedos son útiles y hasta necesarios. Pero muchos otros no lo son. Tenga o no sentido un temor determinado, tenga o no fundamento, siempre es de gran ayuda saber su origen. ¿Por qué perder tiempo evitando tus miedos, si puedes usar esa energía para enfrentarlos?
Mira tus miedos, enfréntalos directamente, y habrás dado el primer paso en tu camino a superarlos. Apunta a eliminar el problema en lugar de limitarte a sólo atacar el síntoma. Evita esconderte detrás de tus reacciones negativas. Ahórrate un montón de angustia. Si tienes miedo, haz algo al respecto.
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