Quizás por sus ojos, esos ojos que me hipnotizan... Tal vez por su sonrisa, esa sonrisa que me hace reir pase lo que pase... Por su boca, sus labios, su sabor... Por sus pequeñas manías, esas que tanto me desquician y que a la vez me gustan tanto de él, como morderse el labio... Sus brazos, esos brazos que desearía que me abrazasen a cada hora, minuto y segundo...
Me gusta por su seguridad, esa que me transmite con solo pensarlo... y por su inseguridad, la que me asusta y me da escalofríos. Por ser distinto de los demás, por no dejarse influenciar y ser siempre él mismo... Por su sinceridad, por su complicidad...
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