La mayoría de las veces es muy difícil distinguir entre la costumbre y lo que realmente quieres. Seguimos haciendo algo porque siempre lo hemos hecho y nos ha ido bien. Al menos todo lo bien que conocemos que se puede llegar a estar. Y no sabemos o no queremos cambiar. Y entonces aparece una alternativa estupenda disfrazada de chico perfecto. Pero al fin y al cabo, es alguien nuevo, algo que empieza otra vez de cero.
Desde fuera es fácil recomendarle que se lance, que disfrute de algo que está claro que la va a hacer feliz. Pero la entiendo cuando dice que no está segura de querer hacerlo. Porque conlleva perder lo de siempre, a su chico de mucho tiempo. Tirar por la borda todas esas tarde juntos paseando de la mano. Y nunca se puede saber si realmente le quieres o simplemente te has acostumbrado a él...
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